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Resultados tras 1 año de vida de la implantación de las certificaciones energéticas.
29 de Enero de 2015

Resultados tras 1 año de vida de la implantación de las certificaciones energéticas.

        Las viviendas españolas son coladeros de energía. Son muchas las obras de arquitectos que pierden dinero y confort a raudales. El sello de la certificación energética, (similar a la de los electrodomésticos, de la A a la G) es obligatorio por ley desde junio de 2013, por orden europea. Su finalidad, es medir la energía consumida por el inmueble y las emisiones del combustible que utilice.

        Tras cumplir su primer aniversario, se han puesto sobre la mesa los resultados de las viviendas certificadas por arquitectos españoles, y los resultados son de suspenso: el 45% de letras E, y el 28% de letras G. Las que tienen una letra A no alcanzan el 4,3 %. (Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).

Echa un vistazo a nuestra otra noticia de por qué no es común obtener en España una letra A, B, o C, salvo en construcciones a las que el arquitecto dote de unas características especiales, o de reciente construcción.

Un año ha pasado ya, y esta iniciativa de sostenibilidad no ha calado mucho entre compradores e inquilinos, que parecen no comprender del todo la utilidad de esta etiqueta de colores vivos: la ven como un gasto más y no como un ahorro energético y económico. De momento no parece ser un elemento decisivo a la hora de comprar, vender o alquilar una vivienda. Somos poco exigentes en adquirir obras de arquitectura “verdes”, que a la larga, nos reportarían ahorros considerables. ¿Cuánto cuesta este piso? Es lo único que importa. De momento. Lo próximo será: ¿Cuánto gasta? Como cuando vamos a comprar un vehículo, y nos fijamos en su consumo de combustible.

Para orientarse: una vivienda de 100 metros cuadrados con letra E consume la friolera de 1.010 euros anuales

          Hay que tener en cuenta que lo que más penaliza es la energía eléctrica. Cuantos más aparatos y equipos, peores resultados. Si además es un inmueble que carece de aislamiento, la G está asegurada. Son muchos los arquitectos certificadores que ya afirman: La F y la G son las letras que obtienen las viviendas sin aislamiento térmico. En España, la mitad del parque inmueble se ha construido en una época en que la normativa no exigía aislar.

Por ahora, la letra no ha provocado subidas en los precios, pero debemos recordar los arquitectos, que esta calificación en un futuro penalizará el pago de impuestos. Quizá porque falta información, muchos propietarios desconocen que necesitan este certificado y otros lo hacen durante la firma del contrato, cuando debe ser ANTES de anunciar el piso.

        Según el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, en junio de 2014 se calificaron 645.359 inmuebles. Suponen apenas el 12,9% de los cinco millones que lo requerían. Y eso que las multas alcanzan los 6.000 euros. El propietario tiene un mes de plazo para registrar el certificado. El registro es gratuito (por vía telemática) en Madrid, Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Navarra y País Vasco. En La Rioja cuesta 37,95 euros, en Cataluña 11,  y en Valencia 10 euros.

        Los arquitectos lo tenemos claro: la E no es una mala nota para pisos anteriores a 2007. En los posteriores, que cumplen con el Código Técnico de la Edificación (CTE), las calificaciones están más cerca de la D. Sin embargo, los pisos con peor nota pueden mejorar sus características para subir una o dos. Los arquitectos que certificamos incluimos una serie de medidas de mejora, que pueden realizarse de una manera cómoda y poco traumática en el marco de una pequeña reforma.

No olvidemos que el objetivo no debe ser la nota, sino el gasto de energía al año, el precio y el tiempo en amortizarlo. Determinadas inversiones propuestas por los arquitectos pueden tener una amortización de tres años a 25. Pero unas reducen drásticamente los consumos, y otras no. Así que debemos observar siempre la solución que a la larga, sea mucho más eficiente y “verde”

         ¿Cómo podemos mejorar nuestra letra, con un presupuesto ajustado de 6.000 euros máximo?

Lo más rentable es aislar cerramientos (paredes al interior, revestimientos exteriores o rellenos interiores de cámaras con lana de roca o poliestireno), y sustituir las ventanas que normalmente tenemos de aluminio sin rotura de puente térmico, por nuevas de PVC de doble acristalamiento, vidrio de baja emisividad, y rotura de puente térmico. Cambiar los sistemas de caldera por otros más eficientes o que usan biocombustibles también te ayudará a subir tu calificación.

Con las inversiones adecuadas, los consumos se pueden reducir en hasta un 70%, y en Er7 Arquitectos te ayudamos a elegir las mejoras que más se adapten a ti y a tu presupuesto. Aquí puedes consultar todo lo que nuestros servicios incluyen.