La costa española vuelve a atraer a los compradores de segunda vivienda.

          La playa nos vuelve a llamar. Brisa, atardeceres, pescado y sol, ahora más al alcance que nunca.  Según Tinsa, los precios han bajado un 47’7%, desde los máximos de 2007. Dependiendo de la cercanía de la vivienda a la playa, las casas de vacaciones se han abaratado hasta un 80%, y hoy podemos encontrar viviendas tipo apartamento o piso por menos de 50.000 euros.

Ciertamente, los chollos litorales son cada vez menos, pero hay oportunidades tanto en vivienda nueva como usada.  Se vende más y a mejor precio, motivado en parte por las agresivas bajadas de las entidades financieras, que se quedaron con buena parte del stock de venta. Se observa una recuperación del 14% en las operaciones cerradas en la costa durante el año 2014, aunque todavía algo detrás del 20% del resto de España.

          Uno de los síntomas de que está terminándose esta reserva de segunda vivienda es la aparición de grúas en la ciudad de Marbella, donde hay casi 20 promociones de obra nueva. La mayoría edificios que se quedaron paralizados con la crisis y otros que están buscando suelo en áreas muy concretas.

Las costas más beneficiadas de la reactivación de la segunda vivienda son Andalucía, Levante y Cataluña. Pero caminan a dos tiempos, uno de españoles jubilados o de mediana edad que optan por sacar sus ahorros del banco, que apenas rentan, y compran en efectivo en La Manga, Castellón, Costa Blanca, Huelva y Almería. Hacen la compra como inversión y disfrute con la sensación de que los precios han tocado fondo. Sus compras no superan los 70.000 euros con 2 dormitorios, cerca de la playa y de los servicios básicos de la población. En el otro lado, tenemos a los extranjeros, que se decantan por urbanizaciones con todo lo necesario, sin importarles estar algo alejados de la primera línea de playa. Estos son destinos más solicitados por ellos: Mallorca, Ibiza, Marbella, Murcia, Casares y Manilva.

            La verdad es que hoy por hoy se pueden encontrar buenas oportunidades en viviendas, tanto en primera como segunda línea de playa, por debajo de los 80.000 euros. Pero ojo, conviene no olvidar las infraestructuras, las comunicaciones y los servicios, y por supuesto, la distancia. No tendrá sentido comprarnos una segunda vivienda muy lejos de nuestro domicilio habitual. No olvidemos que la idea es, al fin y al cabo, bañarnos en el mar de vez en cuando.