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Cómo heredar sin arruinarse
30 de Marzo de 2015

Cómo heredar sin arruinarse

        Lo que inicialmente puede parece algo muy beneficioso económicamente como “heredar”, da de bruces con la realidad: el pago de impuestos.

Desde 2007 las renuncias a heredar se han multiplicado por dos, ya que desde 2013 la Administración “no tiene sentimientos”, y el único que puede reducir gastos es quien otorga el testamento. Por ello, ahora conviene que en vida se tomen las medidas necesarias para el traspaso patrimonial sea lo menos costoso posible para los que vengan.

         He aquí una serie de recomendaciones para evitar conflictos entre hermanos, y tratar de pagar la menor cantidad de impuestos posible, una vez fallecido nuestro ser querido. Para ello,  conviene:

a) Dejar los bienes a los parientes más cercanos

Existen una serie de cantidades mínimas a partir de las cuales se paga el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, que oscila entre el 7,5% y 34% del valor neto de los bienes recibidos.  Son las reducciones sobre la base imponible. Las reducciones más altas corresponden a los cónyuges, después a los hijos, los nietos, parientes colaterales,… Cuanto más lejano sea el pariente, menos reducción se le aplica. Por eso conviene hacer las adjudicaciones a los parientes más cercanos y directos. El impuesto de Sucesiones y Donaciones se liquida mediante un impreso en la delegación de la Hacienda Autonómica, del lugar donde el fallecido tuviera su residencia habitual. Hay un margen de 6 meses para hacerlo.

b) Dividir la herencia

El Impuesto de Sucesiones y Donaciones es directamente proporcional, esto es, cuanto más se recibe, más se paga. Por eso es recomendable dividir la herencia, a través del testamento. En vez de darlo todo al cónyuge y en su defecto, a los hijos, es mejor dividir la herencia entre todos a partes iguales, y  limitar la disponibilidad de quien se desee. (Por ejemplo, que los hijos no puedan vender propiedades hasta que fallezca el cónyuge todavía vivo).

c) Hacer donaciones en vida

Hay que analizar la tributación de las donaciones respecto a la de las herencias, porque en ocasiones sale mejor donar en vida que esperar. Es recomendable donar la parte que por herencia no está exenta, y calcular la repercusión de otros impuestos, como el IRPF.

d) Mejorar la parte de un heredero con invalidez

En algunas comunidades autónomas, si quien hereda un bien tiene un grado de invalidez igual o superior al 33%, tendrá una reducción importante. Se aumenta aún más cuando el grado de invalidez supera el 65%. 

e) Planificar el testamento según el bien

Antes de hacer testamento es recomendable echar cuentas. Porque cuanto más planificado esté, menos se pagará. Cuando la herencia es la vivienda habitual, lo más eficiente es dejársela a quien tenga que más impuesto, porque está casi exenta de pago. Sin embargo, si casi todo lo que se va a dejar es dinero, lo mejor es adjudicárselos a los herederos que tengan mayores reducciones de impuesto, como los menores o personas con minusvalías, que tienen que pagar menos.